la sureña

la sureña

nostalgia en manos de dibujante quimera

veme en la linea del trazo y el color enreda

docil vendaval de un viento sureño sin igual...

vete al rincon del alma eterna, ahi quieta,

entonando el jame de noble materna..

quien no ve en ti, no sabe del mundo

quien en grito hondo, crea mundos

de agil sentir...

nostagia en manos de dibujante quimera,

manto de esbozos y trajin de maestra,

que sin darse cuenta, crea mundos en un

rincon de al lado del rio, en otra parcela.

que docil momento de llama triunfal y quimera.

la vuelta del mal

la vuelta del mal...

Ingreso por debajo de la puerta sin permiso, lo hizo entonando su silbido acostrumbrado, su cancion de siempre, su tono tan anhelado, llego tarde gracias a la huelga del transporte publico, perro que nada muerde, la observaba en descanso...

usurpo sin remedio las paredes, trepando en diagonal hacia la mecha adrede, los ojos de tenue orgullo, las manos hechas para ese ritual tan suyo... sus pies descalzos y sonrisa de desfalco, habia consumido el ron de la sala sin asco...

fusiono su dedo en la espalda, y la abrio un tajo en la camisa color plata, apreto muy dentro en busca de la nada, y la encontro en un sistema de defensa muy baja...

los 20 gramos se esquivaba, no logro ver mas alla de su alma, bien inquieta, bien tarada, quedo postrada en el rincon hasta el alba, si no sos el mismo dijo en voz baja, y el aire la expulso hacia el lecho hecho trampa.

se retiro por debajo de la puerta, lo hizo entonando su silbido acostumbrado, su cancion de siempre y el vestido desacomodado.

Tus manos

Tus manos

Muerte dijo al corazón, no me toques que no llevas mi pasión,
Dejame en el as de este juego sin razón, y veme salir
Flotando de impunidad de esta prisión.

Vela por otro, que por mí no soy logro, ni la mitad el sol
Ni la vuelta de lo anterior ni siquiera la última razón.

Vete caminando hacia la nostalgia de las manos, que son frías
Que son momias como aquella canción, que sino recodas
Es indigente a tu reacción.

Puro Insecto

Beodo de luces que penetran la persiana semi abierta, que cruje entre sus elementos despotricando la eventual domesticación de la raza humana sobre la raza humana, muchas leyes estúpidas de salvaguarda de ideales con olor a fraude. Quién diría, el insecto examinaba desde ese marco la vyresa de la especie “elemental” fumando una pipa de origamis echados a la basura después que el hijo había cambiado la imaginación por el play y la fría sonrisa detrás de un monitor que lo convertía en un monito. Descoladas las uniones de maderas diferentes se deformaba otra especie, pero su deformación no era gritada ni era arremetida con una baleada de leyes regulables para otras leyes que no se cumplían, era la evolución natural de la misma, sin roce ni goce de sueldo. Es la evolución de su sometimiento al tiempo. Razones lógicas para que el insecto fume su pipa, haga una cruzada de sus seis patas e incline su cuello invertebrado, mirando al ser que 1.000.000 de veces su tamaño, golpeaba su cabeza contra la pared repintada como su vida, imputado por las demás, de su propia especie, por adueñarse de un trazo de la imaginación que volaba sobre las tejas de la urbe asuncena. El touch sceen sonaba con regularidad, tan pequeño y tan sensible, el,  tan grande y tan frio, convulsionaba con la idea de que esa persona atravesara la puerta y lo matase con mil puñaladas y una estocada al corazón, no quería sufrir, y el insecto fumaba. El humo de la pipa producía una escenas de convivencia típicas del smog y el dióxido de carbono que emite el aire acondicionado mientras crea microclimas de mentira como las personas que en sus habitáculos creen ser normales. Aprendidos al goce, al dramatismo desmedido de las consecuencias personales, los errores prebendarios y notificaciones de deudas que nos inventa la sociedad de consumo, para que consumamos a los otros, todos contra todos en una guerra de poder y financiamiento de otros con poder, al final el poder es tan pequeño como la pipa del insecto, como la nobleza del rufián, como la nostalgia del primer amor a los 30. Controversias de la buena vida quizás en un esmalte un poco mas relativo y paradigmático, relato antiguo de seres convencionales e hipertensos, que sobrellevan la mañana en busca de lo efímero, de la superfluo, pero que los condena hacia un cielo dantesco, y el insecto lo mira… sabiendo que se volvió más sabio gracias a su relajación entre las persianas que de manos ajenas, se hizo propia.

el pollo

zarpado! - dijo y un descomunal golpe derivo en una explosion que mancho de sangre la setima baldosa cerca de la puerta. La nariz penetro hasta confundirse con el el horizonte de las calles Nuestra señora y Piribebuy, y ese barcito de mala muerte en la diagonal.  Los pasos no fueron frecuentes luego de ese hecho, ni las palabras que siguen siempre despues de este tipo de acontecimientos, donde se vocifera al pedo gracias a la gratuidad de las palabras, pero esta vez no, y un NO muy raro. Descargo el vaso que posaba frente a su mano izquierda, su contenido no era mas que una pequeña herramienta para el olvido y para el dolor de la nariz, sus ojos pesaban y en un intento desesperado de caiga sin alas, flotaban - sos un hijo de puta - murmuraba mirando el vaso, desde  el rincon mas oscuro del bar un foco hacia falso contacto, opuesto a el, ella desnucandose con la cancion que sonaba en la radio de morondanga,  soreia a pesar de lo que habia sucedido con el, y alertaba a las demas personas del bar unas ganas de sudar su lujuria, si bien llevaba un vestido titubeaba a convertirlo en  minifalda y penetraba en los pensamientos pecaminosos de los perros. Cuando todo era normal, ella era cajera  y el trabajaba en Pechugon, quizas en la otra vida ya se habian puesto en contacto por compartir un plato o un cabernet sauvignon en algun "restoran" chusco de Asuncion, o eran grandes cadetes en un estudio de arquitectura que cuando el arquitecto no estaba se ponian a jugar al doctor relajar las manos despues de tanto autocad, o quizas eran vecinos ... pero a quien carajo le  importa lo que paso antes,

- Sabes que pelotuda - confiesa bajo una voz llorona, - me voy a llevar al pollo y te vas a joder. Paro la musica, paro la mosca que volaba sobre el plato del barbudo de la mesa 4, paro la ereccion de los dos jovenes que la miraban a Ella,  en la mesa 2, paro de titilar el foco del rincon oscuro, paro la sacudida del mesero retardado y paro el baile de ella.

- sos un cagon, efusiva grita al aire, casi en combinacion con un golpe que atormenta el polvo que yace sobre la barra, y casi inmediatamente toma un cuchillo carnicero que robo del mesero retardado, sin tanto preambulo se abalanzo hacia el eb direccion a la barra del local, con las personas mudas no te metas - le dijo dandole la espalda y tentando al cuchillo. Entonces arremetio sin asco, sin arrepentimiento y trazo un tajo de norte a sur en el, ya la camisa en la parte frontal manchada de sangre, ahora en la parte posterior, a traicion, a cobardia pero con seduccion.Herido pero no acabado, recojio los hombros hacia su espalda, mientras ella sentada en la setima baldosa cerca de la puerta, lloraba, - sos un hijo de puta - hablaba con el mismo, - señor aqui tiene su pedido y descarga una bolsa amarilla con una inscripcion, - Gracias caballero le dice pasandole 25 mil guaranies, y bajo la mano hasta el hombro de ella, la tomo como una rosa en primavera como la succion de la abeja a la orquidea, como la cancion de amor al poeta, como la nostalgia a sufrimiento, - vamos a casa a comer el pollo.