-
Tururunn tururun tururun… tururun turu.,
irrumpió en el silencio cronometrado adentrándose una nueva data, Ella, liada
en sabanas blancas con exiguos despojos de sudores extraños nacía levemente,
una vez más, abriendo sus ojos de bosques perdidos y sauces tristes, que lloraban hojas como sus despojos detrás de la ventana
estándar. En sus primeros movimientos se limitaba a tomarlo con la mano
izquierda, sus manos disecadas ya desde
aquella ultima caricia, mimetizaba desplazando su dedo índice hacia la derecha del
touchscreen, para explorar algún hecho de esperanza, 5 pulgadas de mundo entero , en ellos,
reflejada la luz del día que la observaba como siempre. Tibio. Amadita, como la conocían en el Colegio,
mezcla de trigo y arroz, piel canela y sensaciones áureas, sabía que en su interior las voces eran latentes,
era su amigo, su confidente, su puente y sobre todo su amante. La entrega era
tal que un día decidió tener mil like’s posando frente a la cámara HD , un
tramo de su cuerpo y piel, y extraños se
deleitaban con perversión y fantasía, comida fácil para su ego y autoestima, malgastada en gramos con aquel muchacho que decidió no
seguirla aquella tarde de invierno
simulado por la misma dirección, por la misma vereda, con las mismos sueños de
la Asunción infausta, mientras su cuerpo mutaba.
Salió al alba, como siempre, al
rumbo acostumbrado, el reto de la
repetición y el movimiento ligero
del andar, siempre con bolsillo, nunca con carteras, como si ya no tuviésemos suficiente llevando nuestra
conciencia a cuestas, pensaba. Lo
adentraba ahí codiciando volver a sacarlo y no se olvida ni un minuto
demostrarle cuanto lo quería, ese deseo de dos astutos amantes de repeticiones
distintas. Y el ya lo sabía.
La mañana fungía
de reloj , la calle se ponía ruda,
terere (1) y empanadas (2) envolvente de
los puestos informales secos, y seres
como ella, que observan el suelo sin
pisadas , topándose unos con otros sin mirarse , sin recitar nada, sin
amedrentarse con la sonrisa, sin dislocar con un - Hola, todo se
basaba en pack de datos y en conexiones inalámbricas que se mezclan en el aire
en un baile de silencios y nostalgias , hacían el amor sin amor, con
competencia. Las palabras vociferadas
fueron sustituidas hace tiempo, pensaba,
y lo hacía de nuevo para no perderse de nada, ella era parte del todo para no
ser nada. El tenía el control y la arropaba con MB cuantiosos que dilataban sus
pupilas y erizaba su piel tropical. Y era costumbre, decía.
Ingreso al Café de la calle Estrella (3) atravesando
la puerta de vidrio traspasándola mediante el WIFI con códigos, los códigos la
hastiaba, precisaba más libertad lo, eso lo recitaba en sus publicaciones
abiertas en sus redes favoritas, porque también estaba en esas Redes que no hay
un alma ni calaveras, por si acaso llegase el día del colapso mundial,
Amadita pensaba en todo. Reposo
en un boots modular mientras pedía un cortadito de taza mediana, de porcelana
china, sobres de azúcar impalpable, que habitaban la superficie de la mesa ante
una muerte inminente, Amandita tenía una conectivilidad NFC para eso. Los
objetos y la materia flotaban en sus ojos de limón como señales esporádicas de
Bluetooth, era un enlace más, del
ritualismo que gobernaba su plenitud de libertad confinada. Convulsionaba con la idea de que ello se
convirtiera en una persona, atravesara el screem y la matase con mil puñaladas de
palabras a brisa seca, una
estocada al corazón en forma de beso, y al mismo tiempo lo anhelaba. Y se juzgaba,
tan sucia.
Retomo las baldosas insensibles en un tramo
conocido, el viento flojo le rozaba las
costillas haciéndole cosquillas de milímetros y plumas, inconforme viro contra
su voluntad, y tomo otra dirección, sin darse cuenta ingreso a la Plaza
saturada de arboles de la urbe, había uno que era su favorito, un viejo Tajy
Rosado (4), de sus malas costumbres, que no visitaba hace tanto Likes , impregnado
en una porción de tierra sobreviviente, sentada, acariciaba sus sombras medias a 90° que dibujaban un cielo inverso, en un encuentro orgásmico con el sol que
exploraba sus más fríos rincones donde permanecen sus miedos.
-Tum
tum… tum TUM
----Mensaje recibido ----
-
Estoy
Contigo, siempre - Leyo
Lo acaricio levemente, Mientras volteaba
para encontrarse de nuevo con el tallo del Tajy donde, eterno inscripto recordaba.
-
Amadita x Pablo
No hay comentarios:
Publicar un comentario