Podemos progresar si consideramos que no sólo vivimos en una economía de mercado, sino, de forma más general, en una sociedad de mercado, es decir, en un espacio de civilización donde el conjunto de las relaciones humanas, así como el conjunto de las relaciones del hombre con el mundo, está mediatizado por un cálculo numérico simple donde intervienen el atractivo, la novedad y la relación calidad-precio,y uno fundamental; el egoísmo del individuo, con su individuo propio. Esta lógica, que abarca tanto las relaciones eróticas, amorosas o profesionales como los comportamientos de compra propiamente dichos, trata de facilitar la instauración múltiples de tratos relacionales renovados con rapidez (entre consumidores y productos, entre empleados y empresas, entre amantes y novios) así las pendejitas de hoy día se someten a la aventura de cambiar de novios, o amantes, tan fácil como comerse un caramelo o una empanada de don vito por ende los muchachos también, mueres relámpago (M.R) y hombres relámpago (H.R) y así empieza la gran rueda de la perfidia, la cual toma mayor velocidad en esta época del año, verano.
A veces estos cambios o elecciones, son nefastos, desde el punto de vista afectivo y sentimental, enfocándonos en las relaciones humanas propiamente dicha y sus consecuencias. O sea un factor desplaza al otro, y sucede lo mismo con los principios y normas de interrelacionamiento de géneros, la destrucción de estos, vocifican y tramitan en una falsa imagen, la show-image. (S.I) y crean roles de mentira, imágenes de compra – venta según sea cual fuese el cliente-usuario, donde uno siempre es mas perjudicado que otro, tomando como parámetros el factor afectivo, salud y monetario. La eficiencia y la calidad se han deteriorado en pensamiento y en utilidad, justamente para que pueda funcionar la S.I.
Todo lo que se usa, tiene su vida útil, cuantificación de la sociedad de consumo, hoy trasladada al pensamiento y afecto humano.
Un ejemplo especifico de la S.I.
La ultima mujer a la que fui sometido con agravio, después de decirme te quiero y gracias, al día siguiente dijo
-Necesito estar en mi mundo, sola
Añadió un frió y tenaz
-No me molestes más- y corto la llamada (lo hizo desde su V3, tigo, herramientas fundamentales para el levante o direccionamiento de condensar mujeres u hombres en soledad y NO sobre todo) para luego concretar así una vez mas, otro punto de apoyo para que la rueda siga girando. Así de fácil, y desapareció. El pillaje del sentimiento ya se había concretado.
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