ENSAYOS + POESIAS + CUENTOS + Anecdotas

______________________________________________________________________

miércoles, 24 de diciembre de 2008

pARTE IV

Permanecimos ambos inquietos antes de que ella haga un movimiento de cabello, donde uno lo repite en su mente como en cámara lenta viendo sus facciones cambiando en milésimas de segundos antes de clavar su mirada de reojo hacia mi persona. Son esos momentos donde se mezclan la belleza y el antagonismo.
La mire fijamente como con valentía
-Emborrechemosnos con la ciudad, le dije con sinceridad.
-Dale estruendoso y tomo mi mano sin beneplácito, como sabiendo de antemano la invitación sin razocinio

Hablamos del bien y el mal, del transito y del tiempo, de la revelaciones esporádicas en horas de soledad y de normas estandarizadas, de perfiles de actuales artistas contemporáneos, de música y sus consecuencias con la mezcla de la bebida espirituosa, de las imágenes cotidianas que nos hacían tan común como una fotocopia en una revista que son siempre iguales, aunque cambian de protagonistas. Del amor y el odio, de medicina y arquitectura, y la mezcla de ellos, de amores pasados y fracasos que en realidad eran éxitos, gracias a que ambos nos dimos cuenta de que nos salvamos de mentes esquizofrénicas y de falta de equilibrio o que nosotros mismos éramos ello. Corrimos sin vergüenza entre personas con trajes y bolsas de compras, entre personas que aman la moda y la pinta, de peinados raros y anteojos pseudos-intelectuales con una falsa personalidad, montamos al león de la plaza de los héroes, escalamos las calles paralelas y perpendiculares sin orden, ella por un lado de la vereda y yo por el otro, cantamos Ojala de Silvio Rodríguez mientras un bandoneón sonaba entre los dedos ya casi muertos del anciano protagonista que esparcía melodías por monedas, compartimos una botellita de agua descartable sin miedo a nada, nos recluimos en la ciudad hasta que el atardecer bañaba los pocos edificios en altura existentes, y los últimos rayos del sol se escabullían entre los espacios desocupados que dejaba el follaje de los árboles bañados de hollin, invadimos un banco de la plaza Uruguaya contando las palomas que poco a poco migraban a los zaguanes mientras hablábamos sobre la meditación y de la defensa del socialismo, de Cortazar y de la calidez de hacer el amor por las mañanas como humanos sin maquillajes que somos. O que uno aprende a serlo cuando los errores de la vida son las picanas diarias de no repetirlas, las que nos recuerdan que por mas bueno que uno sea siempre comete errores, y que a veces es mejor ser un villano que convertirse en uno. Por que cuando uno es bueno y comete un error es mas que un villano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario